¿Su piel reacciona rápidamente al calor y al frío? ¿Cae fácilmente a las quemaduras solares y la quema de viento? ¿O su piel suele ser seca, delicada y propensa a reacciones alérgicas? ¿Algunos detergentes, cosméticos y alcohol irritan la piel? Si respondió "sí" a todas esas preguntas, es probable que tenga una piel muy sensible.
La piel está sujeta a los duros rayos del sol. Dependiendo de su trabajo, la piel puede entrar en contacto con productos químicos de limpieza agresivos, suciedad, mugre y grasa. Incluso cuando uno se relaja y se divierte, como en una piscina, nuestro cuerpo puede entrar en contacto con el cloro y otros productos químicos agresivos.
Las personas con piel sensible enfrentan muchos problemas.
El enrojecimiento, la irritación y las manchas asociadas con la piel sensible pueden ser incómodas y embarazosas. Puede ser molesto tener que evitar todo lo que pueda causar que la piel sensible se inflame. Proporcionar el cuidado adecuado de la piel sensible puede ser particularmente difícil, ya que muchos productos para la piel tendrán un efecto negativo.
La piel sensible es realmente un término laico, no un término médico. Específicamente, tener la piel sensible implica ser alérgico o irritarse fácilmente por una cantidad de sustancias externas o efectos que van desde el sol hasta los diferentes productos químicos que se encuentran dentro y fuera del hogar. La sensibilidad de la piel también incluye tener una reacción alérgica a ciertos elementos que se encuentran en los alimentos o incluso en plantas o animales.
Diferentes personas tienen diferentes niveles de sensibilidad de la piel.
Las personas con piel sensible tienen baja tolerancia para ciertos productos o condiciones ambientales. Las personas con piel sensible pueden reaccionar rápidamente a los productos químicos, el calor o el viento al desarrollar una piel enrojecida, manchada e irritada. Algunas personas pueden reaccionar ante un producto, mientras que otras no producen ningún efecto. Del mismo modo, algunas personas pueden tener una reacción muy grave, mientras que otras solo tienen una reacción leve.
Todas las personas deben seguir la misma rutina básica de cuidado de la piel. Sin embargo, para una persona con piel sensible, hay algunas diferencias.
Los pasos básicos para el cuidado sensible de la piel deben hacerse a diario. Los siguientes son algunos consejos de cuidado de la piel sensibles:
Mantén la piel hidratada. Beba mucha agua e hidrate su piel en humectantes sin fragancia hechos para la piel sensible.
Evite el calor artificial y el aire acondicionado. Esto puede irritar y secar la piel. Los humidificadores pueden ayudar a volver a agregar algo de humedad al aire.
Limite la exfoliación y el lavado riguroso de la piel. Esto puede eliminar la barrera lipídica que protege su piel de las bacterias.
Tenga cuidado con los perfumes y lociones perfumadas. Estos pueden causar enrojecimiento y reacciones alérgicas.
Use un protector solar diario. Incluso si su piel no se quema, la exposición prolongada al sol puede causar daño celular y aumentar la sensibilidad de la piel.
Limpia tu piel después de la transpiración. Incluso su propio sudor puede causar una reacción negativa en la piel ultrasensible.
Use productos con ingredientes calmantes. La manzanilla, el aloe vera, el té verde, la avena y la semilla de uva pueden calmar la irritación de la piel.
Utilice productos con ácido mandélico para combatir el envejecimiento. Este suave Alpha Hydroxy Acid tiene un tamaño de molécula un poco más grande, lo que da como resultado una penetración pareja en la piel, reduciendo o eliminando la irritación.
El cuidado sensible de la piel es más que solo elegir el producto adecuado para el cuidado de la piel sensible. Para proporcionar el mejor cuidado de la piel sensible, se necesita un enfoque general para la mejor atención posible.
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